
El mundo entró a medianoche en 2022, con un estallido de júbilo y fuegos artificiales en puntos emblemáticos de toda Europa, como la Puerta de Brandemburgo en Berlín (en la imagen) o los Campos Elíseos de París, después de que lo hicieran Sidney, Tokio o Hong Kong, antes del continente americano, el último en estrenar nueva década.
En la capital francesa, decenas de miles de personas se congregaron en la «avenida más bella del mundo», como afirman los parisinos, para celebrar el Año Nuevo. El Arco de Triunfo, un monumento emblemático de la Ciudad de la Luz, situado en un extremo de la avenida de los Campos Elíseos, ofreció un espectáculo de luz y sonido antes de los fuegos artificiales justo después de la medianoche.
En Pyongyang, una muchedumbre se congregó para un concierto en el centro de la capital norcoreana a la medianoche, acompañado de fuegos artificiales sobre un escenario iluminado con luces de neón, donde se representaba un espectáculo de danza. En Corea del Sur, los habitantes celebraron ceremonias rituales durante las cuales se hace sonar campanas.
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